CONTES DE VELLS

 

Un día iba por un camino y me encontré un toro bravo, y empecé a correr, paredes arriba, paredes abajo, y al final me tuve que enfrentar a él, y cogí, y con una mano lo cogí del cuerno, con la otra, de la cola, y con la otra, venga a darle puñetazos, hasta que se escarmentó.

 

Una vez fui a un pueblo, y todos los chiquillos que veía eran pelirrojos, que no es una cosa muy corriente por ese terreno. Y, nada, no hice mucho caso hasta que un día, al ir a la iglesia, resulta que el único que era pelirrojo en ese pueblo era el cura! Así que, ahí estaba la explicación.

 

-Tu sabes por qué la gente de antes todos tenían dos nombres?

-No? Pues yo te lo diré. Porque antes, com los curas eran tan demonios, resultaba que no se sabía si el hijo que una mujer tenía era de su marido o si era del cura. Por eso, por si acaso, le ponían el nombre de los dos.

 

Una vez había un hombre que le tiraba piedras a su tejado. Y otro que le vió le dijo: -¿Oye, qué haces? ¿Como es que le tiras piedras a tu propio tejado? Y se le queda mirando todo serio y le dice -No, si no es mía, la he vendido!

 

¿Ya has cobrau?

Pues dámelo a mi, que te quitaré un peso de encima.

 

JA N'ANIREM POSANT MÉS... POC A POC!